Ayer fue el cumpleaños de mi padre, y claro, tocaba hacer algo especial, y más tras estar mucho tiempo de dieta, ¡y cumplirla a rajatabla!
En este caso, cuando digo hacer algo "especial", me refiero a hacer una mezcla, que aunque algo rara inicialmente, quedó muy buena. La mezcla salía de mezclar en una misma tarta nata montada y buttercream de queso, y aunque no os lo creáis, la nata era para minimizar algo el dulzor del buttercream.
Así que aquí os dejo la receta:
Tarta de nata y buttercream de queso
- Para la masa del bizcocho:
- 200 gr. de harina
- 200 gr. de azúcar
- 200 gr. de mantequilla (como siempre, a temperatura ambiente)
- 4 huevos
- 2 cucharaditas de levadura
- 1 cucharadita de aroma. Yo usé de nuevo el Princess Bakery Emulsion, de Lorann
- Para bañar el bizcocho:
- 150 ml. de agua
- 150 gr. de azúcar
- 1 cucharadita de Princess Bakery Emulsion
- Para el relleno de nata:
- 250 ml. de nata para montar
- 2 cucharaditas de azúcar
- Para la cobertura de queso:
- 190 gr. de mantequilla (a temperatura ambiente)
- 400 gr. de azúcar glass
- 180 gr. de queso (yo usé el queso de untar de Carrefour). Mantener en el frigorífico hasta usarlo.
Fresas laminadas para decorar.
Elaboración:
Precalentamos el horno a 170 ºC y engrasamos los moldes. Yo utilicé dos moldes de silicona que venían con unos fascículos y tienen la misma medida.
Tamizamos la harina junto la levadura y reservamos en un bol.
Batimos la mantequilla y el azúcar, y cuando se hayan integrado, añadimos los huevos y el aroma.
Añadimos la mezcla de harina y levadura, hasta que quede una masa uniforme. Repartimos la masa en los dos moldes y horneamos unos 20 minutos (a mi me quedaron bien horneando 22 minutos). Pinchamos con un palillo; si sale limpio, están listos; sino, habrá que dejarlos unos minutos más.
Cuando estén hechos, pincharemos los bizcochos, con el objetivo de empaparlos con almíbar. Para hacer el almíbar pondremos el agua a hervir a fuego bajo y añadiremos el azúcar. Una vez que el azúcar se haya disuelto, retiramos del fuego y añadimos el aroma. Una vez que los bizcochos estén templados, los pintamos con el almíbar, y los dejamos enfriar sobre una rejilla.
La nata es muy sencilla de hacer. Mezclamos la nata para montar con el azúcar y batimos, intentando que entre aire, de tal manera que coja densidad y crezca. Hay que tener cuidado, ya que si batimos demasiado, obtendremos una mantequilla (eso sí, buenísima).
Para la cobertura de queso, batimos la mantequilla junto con el azúcar glass a velocidad alta, hasta que quede una masa homogénea. Al principio se me olvidó poner la tapa a la amasadora, y en un momento parecía que había nevado en la cocina. Posteriormente incorporamos el queso crema (bien frío), y volvemos a batir a velocidad alta, al menos durante 3 minutos, hasta que la masa quede igualada y densa.
Guardamos la cobertura de queso en el frigorífico, para que se endurezca, unos 30 minutos.
Mientras tanto, comenzamos a montar la tarta. Para empezar, si los bizcochos han salido iguales, bien; sino, hay que igualarlos. Ponemos el primer bizcocho, le echamos por encima la nata montada y ponemos el otro bizcocho encima.
Ahora untamos el bizcocho que sirve como "tapa" con la cobertura de queso, al igual que los laterales de la tarta, primero con forma lista, y luego, con una boquilla para hacer pétalos, podemos decorar los laterales, haciendo movimientos en zig-zag de abajo hacia arriba.
Volvemos a guardar en el frigorífico para que se endurezca.
Volvemos a guardar en el frigorífico para que se endurezca.
Finalmente, cortamos algunas fresas en láminas y decoramos la tarta.